La voz de la experiencia

En su última riflexión en torno a Lula, Castro enumera ocho factores que complican la situación del planeta. Nadie mejor que él podría hacerlo.
1. Crecimiento del consumo de petróleo por derroche de las sociedades de consumo. Algo que viene sucediendo en Cuba, lo mismo con el Romashkino ruso, el Celta-Zulia venezolano, o el «crudo nacional».
2. Escasez de alimentos por variadas causas. ¡Pa´qué contarte!
3. Sobreexplotación de los mares y contaminación de sus especies por desechos. Tírenle un vistazo a los estudios del CITMA en las costas de Cuba.
4. La idea macabra de convertir los alimentos en combustibles para el ocio y el lujo. Algo que Castro no puede hacer como consecuencia del factor 2.
5. Incapacidad del sistema económico dominante para el uso racional y eficiente de la ciencia y la técnica en la lucha contra plagas y enfermedades. Para encubrir esta incapacidad, Castro tiene una respuesta sencilla: «Detrás de todo esto, está la CIA».
6. La necesidad de planes racionales de crecimiento familiar y de la sociedad en su conjunto ajenos a pretensiones hegemónicas y de poder. Todo plan en Cuba viene derechito desde la cúpula del poder.
7. La ausencia casi general de educación en temas que son decisivos para la vida, incluso en las naciones con niveles de escolaridad más altos. Tal como sucede en la Isla, donde crece la incultura laboral y cunde la indecencia, es decir: corren riesgo las condiciones mismas de reproducción del género humano, que son trabajo y trato social.
8. Los riesgos reales que se derivan de las armas de exterminio masivo en manos de irresponsables. Tal y como sucedió con las ojivas nucleares soviéticas que Castro aceptó colocar en la Isla, pensando que podría mantener el secreto, y no dudó en aconsejar: ¡Aprieta el botón, Nikita!