febrero 21, 2008

Cosas de casa

A pesar de que hasta Norberto Fuentes, alter ego y biógrafo de Fidel Castro, quedó en ridículo por tachar de absolutamente improbable que éste renunciara a la presidencia y a la comandancia, los medios siguen recurriendo a las artes adivinatorias. Se espera que en la televisión de Miami reaparezca algún ex oficial contra-inteligente para explicar cuál de las amantes de Raúl Castro será Primera Dama a partir del 24 de febrero: si la ministra Yadira García o la periodista Talía González, si su colega Marta Moreno o quizás Soledad Cruz. Menos probable es alguien se atreva a predecir quiénes serán los negritos por venir para continuar la tradición de darle color al Consejo de Estado. Uno de los primeros que se escogió a tal efecto fue un machetero (o algo así) diputado de Vertientes (o de otro paraje de esos), que a su regreso de La Habana se encontró con tremendo fetecún en el terruño electoral. Fue tanta la juma que el diputado de estreno cayó en coma alcohólico y murió. El ministro del Interior, José Abrantes, sostuvo que había sido asesinado y mandó a buscar el cadáver, pero siete u ocho autopsias después el muerto fue derechito al hoyo y el Consejo de Estado, a decidir entre las posibilidades que da la Ley Electoral: dejar vacante el escaño, facultar a la Asamblea Municipal para elegir otro diputado, o convocar a nuevas elecciones en el municipio (Artículo 125), es decir: las mismas opciones que encarará el Consejo de Estado, al parecer dentro de poco, con el diputado Fidel Castro.

Ilustración cortesía Garrincha

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"darle color al Consejo de Estado" (LOL)... esta frase les quedo pintadita....

Repito, un noticiero estilo "Saturday Night Live" por los miquis romperia records y patrones en la tv hispana....

Anónimo dijo...

lo tendremos en cuenta, eufrates, algo estamos pensando.

Anónimo dijo...

Oí vagamente hablar del caso en Cuba (el diputado muerto). Pero creo que ya no hace falta escoger tanto, como Lazo y Sáez dan buen colorcito incluso al Buró Político