Tras dictar el Instituto Nacional de la Vivienda (INV) cómo desvincular las viviendas vinculadas que deben desvincularse, Alejandro Armengol tachó enseguida a Nick Gutiérrez y Jaime Suchlicki de que «no sólo desconocen lo que ocurre en la Isla, sino que tienen una tendencia ilimitada a tergiversar los hechos». Ambos alegaron que la resolución del INV legalizaba el robo de propiedades, porque esas casas podrían ser originalmente de exiliados.
Sin embargo, Armengol merece igual tacha, porque no se trata de que la resolución «permitirá la adquisición de títulos de vivienda a los trabajadores que las viven en usufructo»; en principio, ella solo agiliza los trámites para formalizar de jure el título de quienes ya habían adquirido de facto la condición de propietarios por pagar 240 mensualidades (o 60 en el caso privilegiado de trabajadores del Contingente Blas Roca). «En Miami algunos sólo están interesados en las interpretaciones erróneas», agrega Armengol, y lleva mucha razón: él mismo es uno y otro es su cúmbila Ruin Ferreira, que en lugar de matar la mona entrevistando a Gutiérrez y Suchlicki debió haber indagado si este apretón del paso burocrático anticipa medidas más enjundiosas, como liberar el arrendamiento de habitaciones y autorizar la venta «controlada» de casas.
Foto: Medios «básicos» en El Vedado hacia 1900 © Biblioteca del Congreso
Aviso: En el foro del Instituto Poynter se colgó un memorando de Anders Gyllenhaal, la goma de repuesto por Tom Fiedler en el carro editorial del Miami Herald, que propone terminar el contrato a fotógrafos, redactores veteranos y personal administrativo. Los empleados que se irían no pasan del 2% de la fuerza laboral heráldica, pero el memo es preocupante por lo que predice al seguir el valor de las acciones de McClatchy por debajo de 10 dólares y caer casi en un 7% el número de visitantes a la página web del Miami Herald.
abril 13, 2008
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6 comentarios:
Armengol y Ferreira tienen misiones asignadas y parece que las están cumpliendo, porque la resolución apuntada no tiene mérito noticioso alguno para formar tanta alharaca. Solo hay que leerse la gaceta
Excelente post, que pone el dedo en la llaga contra los "analistas" de izquierda y derecha, que comentan desde posiciones preconcebidas que nublan el entendimiento
Uh! Bad news for the Miami Herald, and más de lo mismo en El Nuevo
Muchos aqui odian al Herald (el nuevo y el viejo) porque practica el periodismo a la americana, es decir, con por lo menos un intento serio -- y generalmente logrado -- de integridad y objetividad, ambas palabras que no existen en el diccionario del "periodismo" cubiche -- si es que se puede utilizar ese termino en relacion con esa actividad.
Yo pienso que el hecho que el Herald es igualmente odiado por los verticales Miamenses y por el regimen de Fidel Castro es prueba fehaciente de que esta realizando una obra peridistica valiosa y meritoria.
Deja ver si encontramos, ya que estan de moda, algun prestigioso Premio que otorgarle.
La realidad es que los periodicos todos estan en pique dado a que es una tecnologia que se va haciendo obsoleta. A la larga su futuro es negro; McClatchy esta sufriendo quizas un poco mas que otros, pero su infortunio no tienen absulutamente nada que ver con su relaciones con el exilio, por mucho que algunos "chihuahuas", heridos en su amor propio, quieran hacer parecer lo contrario.
Diavolo ha puesto el dedo en la llaga. Me parece de lo mas serio que se ha escrito sobre el tema. El problema es la industria de los periodicos, no McClatchy y sus Heralds. A pesar de ciertos oraculos de blogueros, la edicion digital de El Nuevo ha ido en ascenso dia tras dia, año tras año, y nada tiene que ver con la caida de The Miami Herald. Seria bueno un dia analizar por que ninguna de las dos corporaciones ha dejado crecer realmente a El Nuevo Herald hasta los niveles de su publicacion hermana: racismo, temor a ser devorado, subestimacion, incomprension de la comunidad donde se insertan pero no viven la mayoria de los redactores gringos de TMH? No se, es una tesis por hacer. Pero creo que por ahi van los tiros de la caida del diario en ingles, y que a pesar de su caida sigue metiendole el pie a El Nuevo, que se hace con menos gente que Tribuna de La Habana. Por ahi va una hipotesis del suicidio cuando esa empresa podria tener absoluto esplendor.
Me parece que la poderosa ha dado en el clavo: el problema no es el Spanish-speaking El Nuevo Herald, sino el red-neck The Miami Herald, un diario que sigue publicándose a contahilo de la comunidad en que se desenvuelve.
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