¡Al boicot, corred, miamenses!

La llegada de Carlos Otero al Canal 41 (Miami) ha despertado nuevamente el “protestódromo” de algunos exiliados. Por e-mail, un tal Manuel Prieres llama a los patriotas del lado acá a una “moratoria-boicot” contra el Canal 41, y de paso contra MegaTV. Se trata de no ver ninguno de sus programas entre el primero de enero del 2008 (no sabemos si en saludo o en contra de la llegada de Castro al poder) hasta la primavera del mismo año. ¿La razón? Lo que él califica de “Operación Permuta”, patrocinada por ambos canales, que consiste en poner en pantalla «todo un ejército de “compañeros” que por décadas fueron Correas de Transmisión, Defensores, Apuntaladores, Ejecutores. Activistas y Compinches de un proyecto comunista que ha destruido a una sociedad por generaciones».
El tema es recurrente, al menos en los círculos más duros del exilio. Ahora también se reaviva con la solicitud de asilo pedida en España por un diplomático cubano, quien ha dicho que no descarta acudir a Estados Unidos si no se la conceden. En caso de llegar a Miami, lo más probable es que aparezca en los medios de comunicación locales. Entonces, ¿por qué aceptar que se presenten ante la prensa local quienes, hasta hace poco, vivían en Cuba muy comprometidos con el castrismo, o montados sobre él de forma oportunista para sobrevivir? La pregunta es válida, si tenemos en cuenta que hay mucho dolor, torturas a cuestas, asesinados, largas condenas de cárceles, vejámenes, atentados, desaparecidos en el mar, expropiados de sus bienes, familias divididas... Y el principal responsable es Fidel Castro.
Sin embargo, ¿debe ese sector del exilio cerrar las puertas a quienes, tarde o temprano, por distintas razones, se dieron cuenta de que ni ellos ni sus hijos tenían futuro, a pesar de sus vínculos a la camarilla castrista? Algunos de quienes gritan contra la nueva hornada de exiliados apoyaron el cambio en Cuba, bajo las promesas de Fidel Castro, y quizás hasta gritaron paredón al principio de la revolución, para a la postre tomar un avión o lanzarse al mar, tras percatarse de que aquello era demasiado rojo para su gusto.
La parte del exilio que detuvo su tiempo en la Cuba antes de 1959 debe admitir, por lo menos, que los exiliados de hoy traen información de actualidad sobre una Isla que ya solo conocen por lo que dicen los medios y los políticos. A pesar de lo que dice el tal Prieres, el mismo exilio que él llama al boicot se convierte en exilio-televidente, que casi nunca se pierde las entrevistas a los "beneficiados con la Operación Permuta". Así lo acreditan los niveles de teleaudiencia.
Aún más triste resulta que algunos, acogidos generosamente en el exilio cuando huían del infierno castrista, se aparecen ahora con que aquello es lo mejor del mundo y deberíamos dialogar con la camarilla de Castro. De esos hay unos cuantos, que disponen hasta de micrófonos en la radio y espacios en los periódicos.
Pero tales son las reglas de una sociedad libre y abierta. Gracias a Dios vivimos en ella. Ese es uno de los grandes regalos de la vida, que disfrutan especialmente quienes no tuvieron oportunidad de salir temprano de Isla y conocieron en carne propia qué es una sociedad cerrada. A diferencia del castrismo, Miami, con sus defectos y virtudes, ofrece a todos, incluyendo a sus enemigos, igual derecho a ser libre. Habría que ver cuán efectiva sería la “moratoria-boicot”, como mismo sucede con las restricciones a las remesas y las visitas a Cuba. Lo cierto es que aquella solo sirve a Castro y a los “mesaredondos” para seguir engañando al cubano de a pie dentro de la Isla con una imagen “cavernícola” del exilio, que dista mucho de la realidad. Sobran ejemplos de que el exilio ha sido y sigue siendo tolerante. Por eso, el tal Prieres debería usar el propio Canal 41 (adonde ha concurrido muchas veces como panelista) u otros canales para criticar con argumentos lo que él llama "Operación Permuta". Y no debería arengar a un boicot inoperante, que implica censura, porque el boicot y la arenga es castrismo mutante.

Foto: Mambises del Siglo XXI (www.earte.com)