Agente radial (Update)

Llegó Max Lesnik de La Habana y metió enseguida, por su horita pagada de radio, las puyas indicadas por la Dirección de Inteligencia (DI). Mencionó que el ICRT resucitará la serie Los Tres Villalobos, para dejar caer que, los sábados por la noche, MegaTV «trasmite sin la debida autorización las películas cubanas del ICAIC». ¡Como si la TV castrista estuviera autorizada para rodar películas y películas yumas, así como documentales y más documentales yanquirules en los llamados canales educativos! Lesnik, el hombre de las dos caras, digo: de las dos Habanas, olvidó ya que Castro abolió unilateralmente las reglas de reconocimiento de derechos de autor entre Cuba y los Estados Unidos el 29 de abril de 1967, cuando despedía en Guane (Pinar del Río) a unas becarias que habían trabajado por allí en labores agrícolas. Entre la puya anterior y la siguiente, Lesnik se refirió a esta «sorpresa gastronómica»: una cafetería de La Habana Vieja ofertará al público «algo que había desaparecido del paladar criollo: la Frita». ¿Cinismo o desvergüenza? La otra puya consiste en poner en boca de un viejo ex preso político que Carlos Otero delató a Salvador Blanco «y hasta le hizo un acto de repudio frente a su casa para quedarse con su puesto». Al cierre, la cizaña de la DI cacareada por quienes llaman a un risible boicot contra canales locales: «Vienen de la fábrica que hay en Cuba de H.P. y aquí tenemos que soportarles que digan que vienen en busca de libertad y que han descubierto ahora que aquello es comunismo».
Por cierto, aquí tienen el trailer del documental que Lesnik mandó a hacer a su hija para que vean que ella es lo único que puede disfrutarse de ese material.