En un artículo tan desabrido como extemporáneo (la ola de rumores sobre Castro ya pasó y la gente aprovecha este fin de semana largo para divertirse), Julio Sánchez del Cristo se hace más cristiano que nadie y considera inhumano no poner cara de velorio por la muerte del susodicho. Soslaya que Castro no se percibe como humano por efecto de su propio marketing, que lo ha vendido como infalible, invencible y destinado a durar 140 años. El articulista puntualiza que «la nueva generación de cubanos [en el exilio] no se imagina una rumba por la muerte del tirano». Es cierto: en vez de imaginársela, la monta y la goza, tal como sucedió en la transición de la noche del 31 de julio a la madrugada del primero de agosto, cuando nos dimos cuenta de que también a Castro le pega el estribillo: «Ríe, llora, que a cada cual le llega su hora».
Acertijo: En la foto que Roberto Schmidt (AFP) tomó a cubanos de La Pequeña Habana celebrando la certiumbre de que Castro podía morir, señale alguien que no sea de «la nueva generación».
2 comentarios:
Sanchez Cristo escribe muy bien. Y es un periodista serio, no un histérico.
Ese SR. vale.
No sé si Sánchez Cristo escribe bien, pero no es periodismo serio sacar un artículo que correspondía al domingo pasado y mucho menos afirmar que la juventud cubana en Miami no concibe festejar la muerte del tirano, porque en su mayoría fueron jóvenes quienes salieron a las calles la noche del 31 de julio del 2006. Si vale, que lo demuestre.
Publicar un comentario