LICHY DIEGO: ¿INTELECTUAL ORGANICO?

A fines de 1993 acababa de componerse la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC) y unos MININTerosos festejaban en casa confiable del Vedado. Llegó el general Humberto Omar Francis Pardo, jefe de la Dirección de Seguridad Personal, y la coronela anfitriona procedió enseguida a abrirle espacio recreativo en la mesa mejor servida. A ella se arrimaron sendos generales negro y blanco, mulato y chino. Este último era Gustavo Chui Beltrán, quien perdió una pierna en Angola (1988) por la explosión de una mina antitanque. La provisión de vodka se había encogido a menos de la mitad cuando Chui Beltrán se enderezó como pudo e imitó al presidente angoleño José Eduardo Dos Santos. Para referirse a él la gente allí usaba el mote de Barbarito Diez, porque áquel hablaba como cantaba éste: sin gesticular ni mover prácticamente los músculos faciales. Dicen que el motete se le ocurrió al intelectual disidente Lichy Diego, y asombra que haya pegado tanto entre los fieles combatientes de la revolución castrista. Así y todo, es preferible escuchar a Diez Barbaritos que a Dos Santos.