El Centro de Estudios Martianos (CEM) urdió el panel «José Martí y la construcción de Nuestra América» en LASA 2007. El único ponente no-cubiche fue la traductora literaria canadiense Daniéle Marcoux, con «Martí o la altura de las cataratas del Niágara». Por debajo y sequecitos se colaron en Montreal un quinteto del CEM y Yoel Cordoví (Instituto de Historia de Cuba), quien por aquello de un pájaro las dos alas empató a Hostos y Martí en la búsqueda del «equilibrio continental». Quizás hubiera sido mejor invitar a la canadiense a la casona de El Vedado que donó María Teresa Bances (viuda del hijo del Apóstol, José Francisco, a.k.a. «Pepe Ginebrita») y ahora cobija al CEM. Pero los estudiosos cubanos gustan tanto de las dos alas como del viático en divisas. El taco en ciencias sociales Pedro Pablo Rodríguez moderó el panel y tuvo la ocurrencia de presentar el trabajo «Todo el tiempo y todo el hombre» sobre la edición crítica de las obras completas de Martí, que comenzó en el 2000 e iba por nueve tomos en el 2004 cuando le perdí el rastro, tras comprobar que Mayra Beatriz Martínez y Froilán Escobar anotaron en la edición crítica del Diario de campaña (Editorial Abril, 1996) que las tropas españolas que dieron muerte a Martí «venían desde Bayamo y Baire» (página 345), cuando el bodeguero de la esquina sabe que la columna de José Ximénez de Sandoval marchaba en sentido opuesto (de Palma Soriano a Ventas de Casanova). Escobar está muy ocupado ahora en demostrar con Adys Cupull que el Che Guevara no nació el 14 de mayo, sino de junio, pero Beatriz Martínez sigue martiana y vino a LASA 2007 para soplarnos «la relación eros, mujer y utopía emancipatoria» en la obra del Apóstol. Fuera de este panel el fantasma de Martí apareció en «Cuba viajera» (RISAS), donde Caridad Frutos (Universidad de Oriente) mercadeó el pensamiento político martiano como artículo de exportación capaz de resolver «la conflictualidad actual en América Latina».
Ilustración: Absolut José (1995), de Sandra Ceballos
1 comentario:
Hay una equivocación en su artículo. Froilán Escobar no está ocupado tratando de demostrar algo sobre Martí con la señora que Usted menciona. Si Usted es acusioso, verá que el autor del artículo que al remite es Froilán González y no Froilán Escobar. Froilanes hay muchos, hasta en la nobleza, pero Froilán Escobar, que es otro de los tantos Froilanes, vive en Costa Rica y no es investigador del Centro de Estudios Martianos sino, desde 1992, profesor de la Facultad de periodismo de la Universidad San Judas Tadeo.
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