noviembre 12, 2007

Un Popi* en la cabeza




Jorge González Pérez, jefe del comando forense que halló los restos del Che, confirmó a EFE que las pruebas de ADN se practicaron «inmediatamente después del regreso, entre julio y octubre [de 1997, pero] no para identificar[los], sino para comprobar la validez del método en otros guerrilleros». Su lógica es aplastante, porque utiliza los pies: ningún método puede verificarse de otra manera que no sea cotejando su resultado con otro indubitable, alcanzado por otro método mejor. González agrega que sobre aquellas pruebas «hay un documental hecho de la Escuela de Comunicación Social, así que no es noticia». Al parecer no importa que el público no lo haya visto en la última década, es decir: el mismo tiempo que demoró González para referirse a las pruebas de ADN, precisamente después que el periodista francés Bertrand de la Grange y otros han puesto en solfa que los restos inhumados en Santa Clara correspondan al Che. ¿Qué tal si las muestras para la prueba concluyente de ADN se tomaron de las manos que Castro guarda no se sabe dónde? Y hablando de pruebas: ¿en qué pararon aquellas que iban a exonerar a Javier Sotomayor y a unos pesistas del cargo de dopaje?

* Los cubanos denominan popi al tenis o calzado deportivo. Así mismo llaman «cariñosamente» al presidente de la comisión de Salud y Deportes del parlamento castrista y rector del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana, Dr. Jorge González Pérez.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Esas son las manos del Che?

Anónimo dijo...

Saludos Miquis!!!!
Me pregunto, en 1997 Cuba ya tenia los recursos para hacer DNA?

Eufrates del Valle

Anónimo dijo...

sí, son las manos del che

Anónimo dijo...

Bueno, si no tenían recursos para las pruebas de DNA pueden haberlos importado de España, con los buenos oficios de García Sabrido

Los Miquis de Miami dijo...

!Saludos, Eufrates del Valle! Creo que si no tenían los recursos para hacerlo pudieron traerlos de donde fuera, incluso de los EE.UU. por intermedio del FBI. Por cierto, es genial el paso de los Beatles por La Habana.