noviembre 30, 2007

¿Todos tenemos derecho a criticar el castrismo?

Enrisco, con su talento, ha provocado la “respuesta rápida” de al parecer un “brigadista destacado” en el exilio de aquellos grupos represivos creados por Castro dentro de la Isla. Lo hace en "Siempre tendremos a Taiwán", que publicó Encuentro en la Red. Un tal Fernando comenta en el trabajo de Enrisco: “¡Qué facilito es criticar a los demás viviendo a mil leguas de Cuba!”. Y más adelante pregunta: “¿Qué hiciste para que cambiara la situación en Cuba?, ¿Luchaste por la libertad cuando estudiabas en la Lenin?, ¿Caíste alguna vez en Villa Marista por haberte rebelado contra los capitostes del régimen? ¿No? Pues haz el favor de callarte.”
Pasando por alto el tono de "vanguardia nacional de las Brigadas de Respuesta Rápida” que muestra el tal Fernando, su cuestionamiento reaviva esa vieja polémica que ocurre a menudo en los medios de comunicación de Miami o en las tertulias “políticas” del Versalles: ¿los cubanos tenemos derecho a criticar al castrismo, desde el exilio, aunque viviendo allá no hicimos nada por cambiar la realidad? Sobre todo responden NO los defensores del régimen, que expresan sus opiniones en cualquier de los foros mediáticos como manera de desacreditar a quienes encuentran aquí el espacio que nunca tuvieron en la Isla, o que por miedo o desinformación no lo pudieron conquistar. Para desnudar al castrismo no se debe exigir un expediente de combatiente vertical contra el régimen mientras se vivía allá, donde la realidad es tan opresiva y compleja que muchas razones son válidas, desde el miedo hasta el oportunismo del sobreviviente, para mantenerse al margen de cualquier manifestación pública opositora. Sólo un hecho basta para sustentar esta idea: si hay algo que nunca podría perdonársele al “Enfermo Nacional” y su camarilla es haber sembrado tanto miedo, temor, desconfianza y falta de información entre cubanos. Por eso hoy, aún estando fuera de Isla, muchos hablan bajito cuando se refieren a los Castro, miran hacia atrás antes de hablar, viven con la paranoia de que cada recién llegado es un agente de la Seguridad infiltrado, prefieren el anonimato para que no tomen represalias contra su familia en Cuba o para que en sus pasaportes de “quedado” les estampen el “sellito” que permite entrar nuevamente a la Isla, aunque sea por 21 días, y hasta se sorprenden cuando oyen las historias de “horror y misterio” de las cárceles cubanas contadas por los presos políticos. Nos quitamos el sombrero ante quienes, viviendo en la Isla, se lanzaron a camisa abierta contra Castro. Siempre tendrán más derecho que nadie. Pero la causa cubana no es una simple cuestión de quién tiene más derecho, sino sumatoria de esfuerzos. Y en ello valen también quienes hoy, aunque sea en el exilio, lograron despojarse del miedo. Le guste o no al tal Fernando.

Foto: Jóvenes estudiantes en la Isla. AFP

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente, Miquis, un excelente post. Muchos nos fuimos porque, "como el perrito que llego en balsa" queriamos ladrar. Al menos fue en mi caso, en una epoca en que muy pocos habian perdido el miedo y yo me pude enterar ya viviendo en Miami que existian... Creo que estamos en un momento unico, donde ya son miles y miles de cubanos en la Isla los que se despojaron de ese miedo nacional donde crecimos otros. Lo menos que podemos hacer aca es divulgar que hacen, proponer nuevos criterios y hacer un llamado de unidad para que quepamos todos en una nueva Cuba. Ah, y felicidades, veo que los miquis ya estan en la concreta con publicidad.... Bravo!!!!

Eufrates del Valle

Garrincha dijo...

en el pueblo hay muchos fernando, amiguetes.
ejasí.

Los Miquis de Miami dijo...

gracias, eufrates, por tus palabras. es solo una manera de expresar una realidad que vivimos día a día en esta comunidad. a veces, como si se hubieran mudado para acá los cdr o las brigadas de respuesta rápida del contingente militar blas roca calderío. y tienes razón, garri, por eso hay que refrescarles la memoria y solidarizarnos con enrisco, que de eso también se trata entre los blogueros cubanos.
un abrazo a los dos.