noviembre 20, 2007

Humano, demasiado humano

Era sabido que, como buen dictador, Fidel Castro ejerce el derecho de pernada o Droit de Seigneur. Lo que no se sabía, y ahora circula en Miami como información de inteligencia (¿o contra-inteligencia?), era que su esposa Dalia Soto del Valle es adúltera empedernida y aquel consiente los amoríos de ella con su chofer predilecto. El nidito usual de los amantes sería una casa en Santa María del Mar, frente a la cual la gente transita con despreocupación desde y hacia la playa. Estas revelaciones despiertan el recuerdo de Guillermo Cabrera Infante, quien ante un Fidel Castro a sabiendas tarrú hubiera replicado: «!No, chico, no! Eso sería humanizarlo».

Ilustración: © Silvia Fontaine Grillo

4 comentarios:

Anónimo dijo...

El señor Del Llano es un farsante y no puede creérsele una sola palabra de lo que dice. Pregúntenle a Pérez Méndez.

Anónimo dijo...

Del Llano es un farsante, que para colmo presentó una chaqueta de cacería de las que se vende en Hialeah y le puso una tira del MININT sin darse cuenta de que la ropa de camuflaje del MININT allá tiene otro color.

Anónimo dijo...

Yo lo dije y la gente no me creía: Dalia tiene cara de vieja puta. Eso es algo que nunca se puede disfrazar.

Anónimo dijo...

Admitamos que Dalia tiene cara de vieja puta. ¿QUÉ BOLÁ CON EL COMANDANTE EN TARRO? Si el tal Pupo se acostaba con ella, alguien de la escolta se lo hubiera dicho al jefe para ganar punto. Y hablando de cara, la del tal del Llano me da mala espina