Arkady Nikolayevich Shevchenko (1930-1998) fue el funcionario soviético de mayor rango que desertó a Occidente. En 1973 llegó a sub-secretario de la misión del Kremlin en la ONU y hacia 1975 empezó a pasar desde allí información a la CIA. Estos muchachitos pusieron en sus manos una maquinita de afeitar que encubría un sofisticado dispositivo fotográfico. Shevchenko la llevó consigo cuando viajó a La Habana. Se hospedó en el Habana Libre y asistió a las reuniones programadas.
Al regresar a su habitación notó que faltaba la dichosa maquinita y entró en pánico: la KGB lo habría descubierto. Salió del hotel y dio una larga vuelta en auto con intención de precisar si lo seguían. Así mismo contactó a su ángel de la CIA dentro de la Isla, quien aconsejó esperar. No hubo indicio alguno de persecución, Shevchenko concluyó su cometido oficial y regresó safe a primera base en Nueva York. Entretanto, el marido de una mucama del Habana Libre se afeitaba sin saberlo con el instrumento de espionaje americano más avanzado de principios de los setenta y acaso una cuchilla soviética Neva (o una checa Astra). O quizás la Dirección de Inteligencia castrista es más sabia por diabla que por vieja.
3 comentarios:
Aseres miquis, ¿de dónde coño sacaron este paquete?
Hey, anónimo, ¿por qué no te callas? Hay un documental del History Channel sobre este espía bolo que cuenta el pasaje.
hola barbiquí. cómo se llama el documental? gracias. pablo
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