El 4 de octubre de 1967 falleció en La Habana, a los 84 años, Bernardo Gómez Toro, hijo del Generalísimo Máximo Gómez. A la muerte de éste (mayo 17, 1905), aquel quedó al cuidado del archivo del viejo y no se dio cuenta de que allí estaba el diario de campaña (de Cabo Haitiano a Dos Ríos) de José Martí hasta que Gonzalo de Quesada y Miranda, hijo del «discípulo predilecto» del Apóstol, metió las narices en los cajones y notó de paso que faltaban cuatro hojas al diario, correspondientes a la entrada del 6 de mayo de 1895. Benny juró por su padre que lo había recibido así y así debió ser, porque no había saltos en la foliación post mortem de la papelería de Gómez, sino en la numeración de Martí, que pasaba de la 27 a la 32. No debían faltar las páginas 28 (reverso de la 27) y 31 (anverso de la 32), pero una mancha de tinta en la 5 había alterado el orden y, en lo adelante, los números impares indicaban el dorso de la hoja. El finado Jesús Díaz estimó que esas cuatro páginas configuraban «el vacío más trascendental de nuestra historia». Igual desazón han manifestado José Lezama Lima y tantos otros que parecen no haber leído (o no dado crédito a) sendas entrevistas en el Diario de la Marina (febrero 22, 1948) y Carteles (octubre 25, 1953) con el coronel mambí Ramón Garriga, quien como asistente de Martí en Dos Ríos guardaba su diario en la alforja. Garriga atestiguó que las hojas faltantes se referían al disgusto de Antonio Maceo por el manejo de los fondos para la guerra y contenían una relación al detalle de cómo se habían distribuido. Por si acaso.
Ilustración: Dibujo que suele pasar inadvertido como foto de Gómez y Martí.
octubre 02, 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Disculpa pero no veo el crédito al que escribió este magnifico pretexto.
El autor es un miqui que empezó a escribir con el seudónimo El Enano de Washington, pero lo dejó porque comentaron que así rebajaba su dignidad.
Publicar un comentario