La fiesta de origen celta Halloween concita la reflexión sobre los destinos de la nación cubana si el tercer conde de Albemarle, George Keppel (1724– 1772), no hubiera espantado la mula por la Calle del Obispo el 6 de julio de 1763. Uno de los cronistas de Castro, César García del Pino, se encargó ya de urdir que los ingleses no trajeron a La Habana todas las mejoras que se cuentan. Uno de los miquis riposta con laconismo: «Tendríamos hasta frío».
Ilustración: Plaza Vieja (c.a. 1763) por Elías Dunford
octubre 31, 2007
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