La obsesión de muchos padres chinos de convertir a sus hijos en estrellas deportivas con tal de salir de la pobreza los lleva a imponerles duros entrenamientos a los infantes, muy parecidos a los que se practican en los centros de entrenamiento olímpicos de ese país.
Foto: Huan Ling, la niña de 10 años que nadó durante tres horas atada de pies y manos el río Xiangjiang. AP
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