octubre 18, 2007

Lecciones de economía política del socialismo (I)






Un físico del estado sólido graduado en Alemania Oriental llegó a la zona más oriental todavía de Moa para prestar por tres años este «servicio social»: identificar cuáles yacimientos de níquel eran más ricos en cobalto radioactivo (Cobalto 60). Al efecto disponía de un espectrógrafo de masas soviético sobre una mesita con tablero de bagazo nacional prensado y patas de cabillas lisas, pero de importación. Aquel aparato medía el radio de curvatura de las partículas que a velocidad uniforme entraban en el campo magnético estable del equipo. Por las mañanas el físico preparaba las muestras de mineral que la cuadrilla de «prospectores» había depositado la tarde anterior. Al filo del mediodía empezaba a realizar las mediciones y a compararlas con patrones que permitían determinar la concentración de cobalto radioactivo. Al caer la tarde, el jefe de los «prospectores» arribaba con nuevas muestras. El físico notó enseguida que muchas eran silicatos hidratados de alúmina, es decir: arcilla, incluyendo barro de superficie, esto es: fanguito. Al interpelar al jefe de los «prospectores», este repuso: «Docto, no se ponga pesao, venga a ver la cuadrilla». Aquello semejaba a la infantería de Quintín Banderas que tanto disgustó a Máximo Gómez. Antes que adentrarse en la serranía, los mal vestidos y peor pagados «prospectores» recogían algunas tierritas en el camino a casa y volvían después al laboratorio para entregarlas como muestra. «Hay que saber vivir y dejar vivir, docto», agregó el «prospector» en jefe. El físico acabó desertando del «servicio social».

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Ese es un testimonio cuantico.

Güicho dijo...

Encantador testimonio de la esencia de la economía socialista en su aplicación criolla.

El bravo Quintín Bandera, por cierto, además de desordenado e indisciplinado. era un bocón impulsivo. Por cualquier cosa soltaba una galleta. En 1897 lo destituyeron de general a soldado raso por dos años. Un caso único. En eso lo cogió la independencia sin grados, y se quedó sin retiro. Estrada Palma lo puso de jefe de una cuadrilla de basureros. Pero la basura seguía en la calle, y Quintín respondía en mala forma. Entonces lo destituyeron a basurero raso. En 1906, ya septuagenario, Quintín se unió al alzamiento contra Estrada Palma, reelegido en forma fraudulenta. Fue ahí que lo macheteó un piquete comandado por su antiguo jefe de operaciones, capitán Ignacio Delgado. Quintín quería rendirse, pero Delgado le guardaba la galleta de 1895 y el escupitajo de 1896. Nada, que el que siembra su fanguito...

Anónimo dijo...

Esta historia resume la dejadez y la pereza caribeña , asi nos va...

Anónimo dijo...

Compadre, ¡qué clase de historia! Además de la dejadez caribeña se aprecia la esencia del socialismo (creo que por eso el título), porque cuando todo es de todos nadie se preocupa por nada

Los Miquis de Miami dijo...

Güicho, asere, ¿por qué tu nombrete lleve diérisis? Sería mejor El Guicho. Y por lo dicho del Quintín veo que estás en talla, pero creo que el tipo estuvo trabajando también en Sabatés o Crusellas. A los soldados rasos le dieron 75 cañitas al momento de la desmovilización ¿Y adónde fue a parar el físico de la historia? Un desertor del Servicio Social es un apestao, porque tiene que presentar la boleta de graduado dondequiera que vaya a buscar pincha

analista dijo...

Ahora entiendo por qué el Innombrable tenía falsos datos sobre el cobalto radiactivo.

Anónimo dijo...

guicho, tremenda historia la de Quintín, estuve revisando tu blog y esta bueno. sigue palante.

Anónimo dijo...

Por algo Castro balbuceó con Randy acerca del cobalto radioactivo. Este material se usa mucho en los equipos médicos contra el cáncer, y la potencia médica seguro que lo necesita. Pero ahora dudo que lo hayan podido conseguir en las minas de Moa.