El brigadier Rafael del Pino es pinareño y se hizo piloto de guerra. Pasó por la escuelita soviética de tráfico aéreo Yuri Gagarin y hasta un par de veces por la tierra de los anamitas. Salió en punta hacia Angola y llegó a la vicejefatura de la fuerza aérea y defensa antiaérea castrista. En 1969 voló a la Florida para traer de regreso a la Isla el Mig 17 que se había llevado el teniente Eduardo Guerra. Para 1987 hacía el mismo viaje, pero sólo de ida y en un Cessna. Veinte años después se nos aparece en El Nuevo Herald para servirnos a Raúl Castro con palitos chinos; revelarnos un documento de inédito de hace 150 años, en el cual Marx y Engels postulan que el máximo desarrollo productivo se logra con libre economía de mercado; y plantearnos una interrogante sugestiva: ¿Y qué podría pasar si el nuevo camino de Yenán se junta con el del Mayabeque?. Se me ocurre que seguiríamos teniendo dos caminos: morirse a plazos o irse clandestino.
El Enano de Washington
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