!CASTRO HA MUERTO! !VIVA RANDY!

Dice Ikú que «todo el que anda bien con Orula muere de viejo». Fidel Castro lo sabe y salió de nuevo por televisión para subrayar que su voluntad de poder llega al extremo de que se morirá cuando le dé la gana. Otra vez ofició de lazarillo Randy Alonso, quien de estudiante ganó el favor del Máximo Líder por tirarle un cabo historiográfico. El premio inmediato fue una misión internacionalista a Europa occidental, pero al regreso nadie lo estaba esperando y Randy tuvo que volver a Pinar del Río. Alrededor del 5 de diciembre de 1999, un carro con antenitas paró frente a su casa y Randy subió al vehículo jurando por su madre que, a diferencia de su padre, no andaba en malos pasos. A la caída de la tarde era ya anchor del programa estelar de la televisión castrista (see logo). Randy trajo su padre a colación, porque siendo éste cuadro político pinareño se inclinó a las mismas apetencias sexuales que, según las tradiciones habaneras, Virgilio Piñera habría revelado tras preguntarle Lezama: «¿Qué, Virgilio, a la caza de un jabalí escondido en la espesura?». La respuesta de Piñera aparece en Antes de que anochezca, de Reinaldo Arenas, y da la clave de la fuerte inclinación del padre de Randy. Este prosiguió desmarcándose de aquel cuando urdió, luego de la estrepitosa caída de Castro en Santa Clara (octubre 20, 2004), esta valoración del Comandante en Jefe: «el guerrero que nunca da la espalda». El padre de Randy sí la daba.

Foto: Castro en la Mesa Redonda del viernes 21 de septiembre de 2007, a solas con Randy, pero sin dar la espalda (AP ).